Notas que la piel te escuece, no puedes evitar rascarte para calmar los picores, pero eso solo hace que se agriete más e, incluso, que comience a sangrar… Si reconoces estos síntomas es que padeces de piel atópica. Para ayudarte a paliar sus efectos, te traigo los mejores remedios naturales para conseguirlo.
Este problema de la dermis -también conocido como dermatitis- es especialmente molesto en invierno, cuando las extremas condiciones climatológicas dañan en exceso la frágil protección de las zonas más expuestas.
Por eso, también es importante que tomes medidas para protegerte y reforzar la barrera natural cutánea.
Todo eso y mucho más es lo que podrás descubrir en este artículo, en el que también te explico en qué consiste exactamente la atopia, cómo plantarle cara a esos molestos eczemas y qué medidas puedes tomar para ponerle fin de una vez por todas.
Sigue leyendo y ¡presta atención!
Índice del artículo
- 1 En qué consiste la piel atópica
- 2 Cómo puedes cuidarte para ponerle freno
- 3 Aprovecha todos los beneficios que te ofrece la naturaleza
- 4 Crea tus propios remedios sin moverte de casa
- 5 Otros útiles trucos de origen natural
- 6 El remedio más eficaz: las cremas especializadas
- 7 Mi as bajo la manga: la crema de Akento Cosmetics
- 8 En resumen…
En qué consiste la piel atópica
Comencemos por lo básico: ¿Que es la piel atópica? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cómo puedes saber si la padeces? Por suerte y por desgracia, no es tan difícil averiguarlo, ya que sus síntomas se notan a simple vista. Pero veamos.
Como principales señas para identificar el problema, notarás que ciertas áreas del cuerpo comienzan a picarte y a enrojecerse. También es posible que llegue a inflamarse e, incluso, podrían aparecer ampollas.
Puede darse por todo el cuerpo, aunque las zonas más comunes son codos, rodillas, cuello y el rostro.
La dermatitis atópica se da en personas con la epidermis muy sensible y se trata de una alteración crónica. Es decir, no es algo temporal o pasajero.
Esto también implica que no se cura por arte de magia ni desaparece de la noche a la mañana. Por eso, debes prestarle especial atención y cuidar tu dermis a diario, de manera que no la situación no vuelva a empeorar.
Y, ¿cómo surge? Por distintos motivos. Por ejemplo, el frío afecta mucho a la dermis, que también puede verse dañada por la contaminación, los ingredientes nocivos de ciertos productos que usamos (jabones, cosméticos, colonias…), la sudoración e incluso la higiene excesiva.
Pero también hay factores, internos, como una baja de los ácidos grasos esenciales en nuestro organismo.
Además, juega un papel bastante la genética, pues en parte está relacionado con la alteración de la composición habitual de la dermis.
Otras enfermedades relacionadas son los problemas de alergia y las molestias asociadas, como la rinoconjuntivitis o la bronquitis asmática.
Por tanto, en caso de que sufras de piel muy sensible, si empiezas a notar otros síntomas, no descartes acudir al especialista para que te hagan las pruebas de alergia.
Y si tu hijo es el que presente la afección, esto es todo lo que necesitas saber.
Cómo puedes cuidarte para ponerle freno
Una vez teniendo claros los factores que desencadenan esta reacción, es más fácil hacerle frente con estos cuidados.
Así pues, es recomendable que evites las temperaturas extremas, pues las altas aumentan la sudoración y la irritación debido a la pérdida de humedad, mientras que las bajas agrietan las capas de la dermis.
De la misma manera, tendrás que usar solamente agua templada a la hora de asearte e incluso de ir a una piscina.
Eso sí, debes mantener tu piel siempre lo más limpia posible y evitar los productos con alcoholes o parabenos, al igual que la ropa con tejidos molestos o de fibras sintéticas.
Lo mejor es que apuestes por el algodón suave, prendas transpirables y cosméticos que hayan sido testados dermatológicamente.
Tampoco está de más que modifiques algunos hábitos en tu día a día para tener una rutina más saludable.
Por ejemplo, evita en la medida de lo posible las situaciones de estrés, no te expongas al perjudicial humo del tabaco, ten cuidado con los ácaros y no abuses de determinados alimentos como los lácteos, el marisco o el alcohol.
Además, es esencial que te mantengas bien hidratada, ya que así evitarás que la epidermis se reseque y escame.
Y, si quieres saber qué más puedes hacer, presta atención a los siguientes trucos:
Aprovecha todos los beneficios que te ofrece la naturaleza
Aunque si quieres apostar por lo natural, en las plantas reside tu gran aliado. Muchas de ellas contienen grandes propiedades beneficiosas para restaurar el buen estado de las células cutáneas, y puedes utilizarlas de distintas maneras.
Por ejemplo, algunas son más eficaces si se ingieren, como es el caso de la bardana, una planta depurativa que actúa en el sistema linfático y los riñones y que sirve para eliminar las toxinas que se han ido acumulando en tu dermis.
Para que funcione, toma entre 500 y 1.200 mg de extracto de su raíz al día, con la toma repartida en dos ingestas.
Otra buena opción es la cúrcuma, un gran antiinflamatorio (estudio) que funciona de manera similar, solo que en esta ocasión hace que el hígado se deshaga de las sustancias nocivas que ocasionan los eczemas.
La cantidad necesaria es menor, pues oscila entre los 300 y los 500 mg.
O apostar por la alfalfa, que mejora el aspecto general de tu piel ya que le aporta grandes cantidades de minerales y vitaminas, o el aceite de borraja, cuyas semillas tienen un alto contenido en ácido gamma- linolénico (reduce la inflamación en estos casos (estudio)) y, por tanto, es eficaz para tratar la dermatitis.
También puedes hacerte una infusión cociendo fumaria, que estimula la depuración hepática de la sustancia conocida como histamina, que es una de las que ocasionan el picor, la rojez y la inflamación.
Aquí tienes otros trucos para aliviar el picor de la piel atópica.
O, si quieres algo que se aplique de manera directa y proporciona alivio inmediato, acude al aloe vera, la planta rey para tratar las distintas afecciones cutáneas. Más allá de disminuir la inflamación, tiene propiedades antibacterianas y antisépticas. Además, refrescará la zona en la que la apliques.
Unos efectos similares, aunque más suaves, consiguen el pepino y el aguacate, aunque el segundo es mucho más pringoso de aplicar directamente sobre la piel que el primero. En ambos casos es recomendable triturarlos antes de proceder.
Crea tus propios remedios sin moverte de casa
Aunque funcionen bien por separado, otra opción es tirar de tus dotes de cocinillas y preparar un mejunje que te ayude a calmar las molestias de tu piel. Una buena idea es que crees tu propio aceite natural, que se adapte a tus gustos y necesidades.
En mi caso, di con una fórmula que me gusta especialmente y que consiste en mezclar 300ml de aceite de almendra con 3 cucharadas de hinojo, otras 3 de caléndula, una de manzanilla y una pequeña de harina de avena, para hacer espesar un poco la mezcla.
Lo malo es que debes dejarlo macerar 20 días antes de filtrarlo y poderlo usar. Una vez esté listo, debes aplicarlo hasta tres veces al día en la zona que lo necesite.
Si tienes menos paciencia, mezclando media taza de avena con aproximadamente un litro de agua, obtienes una masa que puedes aplicar de manera inmediata para reducir las rojeces.
O cuece hojas de malva o caléndula y aplícate el líquido obtenido mediante gasas empapadas con él.
Otros útiles trucos de origen natural
Además de lo ya mencionado y dejando un poco de lado las plantas, hay otros consejos que te pueden ser de utilidad a la hora de hacer frente a estas molestias.
Para empezar, puedes ingerir cápsulas de preparados orgánicos, como sucede con el EPA, un importante componente que encontramos en el Omega 3 y que actúa como un potente antiinflamatorio que reduce la hinchazón y acaba con los dolores.
En los herbolarios o farmacias también encontrarás multitud de productos que pueden ayudar, como las mascarillas de arcilla, que deberás aplicarla una vez por semana para notar bien todos sus efectos.
Además, puedes cubrir las zonas más afectadas con vendas húmedas, que te aportan hidratación a la vez que evitan que te rasques en exceso y te acabes haciendo más daño.
De todas formas, en caso de duda lo mejor será que acudas a tu médico de cabecera para que te derive a un especialista.
El remedio más eficaz: las cremas especializadas
Si no te convence ninguno de estos trucos, buscas refuerzo o quieres algo todavía más sencillo de aplicar, los cosméticos pensados para las pieles atópicas serán justamente lo que necesitas.
Aunque deberás tener mucho cuidado con lo que compras. Aquí te recomiendo los mejores que he probado.
Para lo que sirven, fundamentalmente, es para restaurar la barrera de protección natural. Es decir, mejoran su hidratación y, como consecuencia, reducen la inflamación, las rojeces y la sequedad. Por si fuera poco, proporcionan un alivio inmediato con su uso.
Si las usas de manera constante, sus beneficios se prolongarán en el tiempo. Y el momento más adecuado para aplicarlas es recién salido del baño, cuando la piel todavía se ha quedado con algo de humedad. Así se absorberá mejor y será aún más eficaz.
En relación a la frecuencia, tendrás que usarlas a diario. Y es mejor si lo haces dos veces al día. De esta forma te aseguras que tu dermis esté siempre bien hidratada y cuidada, ya que solo así podrá acabar de regenerarse por completo.
Mi as bajo la manga: la crema de Akento Cosmetics
Como alguien que ha sufrido durante años las molestias derivadas de la dermatitis, he probado de todo a lo largo del tiempo. Y, si con algo me quedo, es con la crema de Akento Cosmetics, mi cosmético favorito del mercado por los motivos que ahora te expongo.
Está especialmente diseñada para pieles atópicas, por lo que cuenta con ingredientes completamente naturales, entre los que encontramos aceite de granada, extracto de cardo, aceite de jojoba y Emulium® Mellifera. Gracias a ellos, la barrera lípida cutánea queda reparada y la epidermis bien hidratada.
Como consecuencia, los picores desaparecen y la irritación y la rojez disminuyen inmediatamente tras la primera aplicación.
También aporta cierto frescor -que nunca llega a ser molesto-, un alivio inmediato y una sensación muy placentera, en parte ocasionada por su ligera textura, que resulta agradable al tacto.
Vamos, que estoy encantada. Además puedes aplicarla en cualquier parte del cuerpo y de la cara las veces que lo necesites. Aunque usándola dos veces al día ya verás una mejora significativa.
Por último, quiero destacar que cuesta menos de 30€ y que el envase me dura un montón, por lo que creo que merece la pena, ya que es apta para todo tipo de pieles y bolsillos.
En resumen…
Espero que este breve repaso sobre qué es la piel atópica y cómo puedes cuidarla te haya sido útil.
Aquí quería compartir mi experiencia para que no tengas que soportar esos molestos picores ni llegues a sentirte mal por el desmejorado aspecto que luce tu dermis.
Ahora solo tienes que comenzar a probar hasta que des con la opción que mejor se adapte a ti, aunque si ves que el problema persiste o notas cualquier reacción extraña, no dudes en consultar a un especialista tu caso.
Personalmente, te recomiendo que le des una oportunidad a la crema para pieles atópicas que tiene Akento Cosmetics.
Seguro que es capaz de rehidratar tu dermis y devolverle un aspecto sano y brillante. Encima, como complemento siempre puedes probar alguno de los remedios caseros de los que te he hablado. ¡Y dile adiós a la dermatitis!
¿Qué es lo que piensas?