Si en anteriores décadas, los cambios en el cuerpo podían disimularse, con la llegada de los 60 años son inevitables, especialmente si no se ha seguido una rutina del cuidado de la piel y de la salud en todo este tiempo.
El órgano más extenso de todos, la dermis, es la que más se deteriora externamente, sufriendo las consecuencias de la llegada a la vejez.
Y a diferencia de lo que muchas personas pueden llegar a creer, no todo está perdido, podemos lidiar igual con los estragos de la edad, incluso en esta etapa.
Nunca es tarde para proporcionarle lo necesario a nuestra epidermis, prevenir y contrarrestar las imperfecciones visibles que el rostro presenta, disminuir la flacidez y la sequedad, y brindarle una apariencia sana.
Si estás cerca de los 60 años o ya los tienes, te conviene conocer ciertas indicaciones que te ayuden a diseñar una rutina del cuidado de la piel.
Dicen que inclusive puede hacerte aparentar 10 años menos, así que vale la pena descubrirla, a continuación.
Índice del artículo
No cambies la rutina, cambia los productos
A los 60 años, la dermis se vuelve más frágil y fina, más proclive a las reacciones alérgicas.
Asimismo, tiende a ser más áspera y esto dificulta la absorción de los activos de algunos productos beneficiosos para su cuidado, complicando la labor de encontrar un equilibrio en las formulaciones que aplicamos.
El organismo en general sufre una pérdida importante de cantidad y calidad de las proteínas, células y fibras que componen el tejido dérmico.
Sumando un mayor porcentaje de la generación de elementos adversos tales como los radicales libres, así como otras sustancias negativas que son las responsables de las alteraciones cutáneas y el deterioro.
Y por eso, lo más recomendado es recurrir a tratamientos de cosmética elaborados específicamente para este nuevo escalón de vida de la piel.
Por lo tanto, el verdadero cambio no reside en la rutina de cuidados en sí, sino en los productos estéticos.
Ten presente que, al llegar a esta etapa, lo que realmente debes cambiar no es el modo de aplicación, ni tampoco el tipo de sustancias que apliques en la piel, si ya has adaptado una rutina desde hace más de 10 años.
El cambio real está en la concentración de principios activos que empleas, pues obviamente, los requerimientos de cada uno de ellos han ido cambiando en los últimos años.
Dicho esto, entonces deberás recurrir a los fabricantes más expertos en dermatología, con fórmulas ideadas específicamente para 60+.
Hoy en día, no es difícil hallar una marca que a través de ingredientes naturales y mediante una tecnología avanzada, desarrollan en sus laboratorios, ciertos cosméticos con un balance idóneo entre componentes, eficacia y resultados.
En resumidas cuentas, no es necesario que inviertas tiempo y esfuerzo en adoptar una nueva rutina del cuidado de la piel de la tez, pero sí es importante conocer los pasos correctos de esta.
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Y lo mejor será, hacer un recordatorio de dichas pautas:
6 Pasos para una rutina de cuidado de la piel a los 60 años
1 Limpieza
El primer paso imprescindible para lucir una piel sana, sin importar la edad, es limpiarla.
La limpieza facial se ha de realizar 2 veces al día, por la noche para eliminar el maquillaje y los residuos del ambiente o la contaminación y por la mañana, para suprimir los desechos y la grasa que la piel ha expulsado en su proceso de regeneración nocturno.
No obstante, la higiene no solo debe limitarse al cutis, sino al resto del cuerpo, mediante una ducha diaria para eliminar la suciedad acumulada.
De esta manera, impediremos que la dermis tenga dificultad para absorber los activos que aplicaremos a posteriori y que son clave para sus cuidados.
Aun así, vale la pena reforzar dicha limpieza con una purificación más exhaustiva, mediante una exfoliación semanal, para eliminar la suciedad, las impurezas y las células muertas más resistentes y que han ido quedando en la superficie de la dermis.
No hace falta recordar que los productos empleados para tales fines, el limpiador para la cara, el exfoliante y el gel de baño corporal, han de ser composiciones suaves y seguras, acordes con tu condición dérmica.
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2 Sérum
En cuanto al rostro, lo que sigue es aprovechar que está impoluto y listo para recibir en todo su esplendor los activos siguientes, para aplicar un sérum facial.
Como ya hemos dicho, a los 60 la piel tiende a resecarse y a adoptar una textura áspera, por eso son geniales las fórmulas con ingredientes humectantes y nutritivos.
A la par, deberá poseer activos antiedad, que son la mejor baza para combatir las arrugas y la flacidez como, por ejemplo, el ácido hialurónico.
Procura que no contenga elementos perjudiciales que puedan lastimar la piel y a la hora de la aplicación, cerciórate de aplicarlo también en el cuello y el escote.
3 Contorno de ojos
Las bolsas, los párpados caídos, las patas de gallo, las ojeras… Son signos inevitables de la edad.
En esta etapa, es muy probable que el área del contorno de los ojos haya perdido elasticidad e inclusive se haya oscurecido, denotando una apariencia descuidada.
Por eso, un producto específico para esta región ya no es un extra que nos ayudará a reforzar dicha zona, sino que se ha convertido en un aliado imprescindible.
De por sí, esta área es muy delicada, pero al llegar a los 60, todavía más.
Si quieres prevenir y tratar estas imperfecciones tan comunes de alrededor de los ojos, deberás adquirir un contorno de ojos cuya concentración de colágeno, vitamina E y elementos similares con poderío, sean altas.
Si además escoges un cosmético elaborado mediante ingredientes naturales, tendrás una escasa o casi nula probabilidad de sufrir efectos secundarios en el cutis.
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4 Crema facial específica para 60+
Y ahora sí que sí, ha llegado el momento de aplicar la crema facial.
Como hemos citado, lo más factible es adquirir un cosmético indicado para este rango de edad, aunque no todas las firmas lo especifiquen.
Aquí tienes una ayuda: Las mejores cremas antiarrugas para mujeres de 60 años
Así que, para poder dar con la crema ideal, que cubrirá las necesidades de tu tez, deberás fijarte que la misma posea un alto porcentaje de poder humectante.
Además de otros compuestos importantes, como el colágeno, la vitamina E y sustancias reafirmantes que no estén presentes en concentraciones demasiado elevadas, para no dañar la piel que se vuelve tan delicada en esta etapa.
Una alternativa que es bastante efectiva, a la par que cuidadosa, es emplear una crema de día y otra específica de noche.
Dichas combinaciones centran su eficacia durante estos horarios, abarcando las necesidades del tejido epidérmico de forma más centrada y dejando de lado las innecesarias, para ser más amables con el mismo.
No olvides aplicarla también en el cuello y el escote, pues también forman parte de la dermis facial.
5 Crema y el aceite corporal
La creencia de que estos dos ítems no pueden complementarse es totalmente errónea, ya que, de hecho, pueden emplearse al unísono y es una muy buena forma de combatir la sequedad a los 60.
La crema aportará los activos humectantes para hidratar la piel al máximo y el aceite los nutrientes para brindarle nutrición.
Tan solo hay que vigilar y no pasarse con las aplicaciones, para no engrasar la dermis más de la cuenta.
Una buena manera de conseguirlo, sin problemas, es aplicando la crema corporal por la mañana y el aceite por la noche.
Si aplicas el óleo tras la ducha, este sellará la humedad dentro de las capas dérmicas, para que la hidratación dure por más tiempo, aparte de nutrir en profundidad.
Recuerda escoger formulaciones seguras, a poder ser naturales, pues los químicos presentes en algunas composiciones pueden desencadenar irritaciones o reacciones alérgicas, incluso en pieles que tiempo atrás hubiera sido casi imposible.
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6 Protector solar
A cualquier edad, los rayos solares son nocivos para la dermis, con más ahínco al traspasar la barrera de los 60 años.
Por un lado, otorgan dañinos radicales libres que degradan el poco colágeno natural que el organismo genera, facilitando el envejecimiento celular.
Por el otro, brindan otras afecciones más serias, como las manchas oscuras, quemaduras o incluso enfermedades mucho más graves como el cáncer de piel.
Así que seguro deducirás que siempre hay que aplicar un producto con protección solar, en cara y cuerpo, todas las mañanas, antes de salir de casa.
No importa si ese día está nublado o lluvioso, pues la radiación acecha de igual forma, aunque no podamos verla a simple vista y no seamos conscientes de ello.
Lo más aconsejado es un protector solar de UVA y UVB con filtros físicos y de amplio espectro, que posea como mínimo un SPF30, aunque si es SPF50+, mucho mejor.
Ten presente que hay protectores que solo son aptos para el cuerpo y otros específicos para el rostro, así que fíjate bien para qué partes corporales están indicados, ya que la piel de la cara es mucho más sensible y fina, y, por lo tanto, más delicada.
Como has visto, hay que adoptar una rutina del cuidado de la piel a lo largo de nuestra vida, incluso a los 60 años, para llegar a la vejez saludable y con un aspecto envidiable.
¿Qué es lo que piensas?