La nueva perspectiva de los tratamientos de medicina estética busca preservar la belleza de cada persona con la máxima naturalidad. Y la redensificación abre el camino para alcanzar este cambio de paradigma.
Ya no queremos luchar contra el paso del tiempo. Conceptos como antiaging, antiedad o antienvejecimiento, parecen propios de otra época mientras que otros como well-aging o pro aging se imponen a la hora de hablar de belleza.
“El well-aging nos permite adelantarnos al futuro para predecir y redirigir así nuestro envejecimiento”, define la doctora María José Rubira, miembro de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).
Es decir, “consiste en aceptar el paso de la edad sin modificar la esencia de la persona”, añade.
Este cambio de paradigma tiene mucho que ver con la nueva realidad social que vivimos.
Por un lado, la pirámide poblacional por edad lleva años dándose la vuelta: de hecho, el número de personas en todo el mundo que tiene más de 60 –casi mil millones- es más del doble que en 1980. Y para 2050 se volverá a duplicar (World Population Aging, Naciones Unidas).
No es de extrañar que las mujeres -y muchos hombres-maduras sean, por lo tanto, fundamentales para la industria de la belleza, ya que representan un grupo demográfico próspero y creciente.
Al mismo tiempo se alarga la esperanza de vida: en España, 83 años (INE), la cuarta más alta del mundo. Por tanto queremos envejecer con serenidad, vernos mejor durante más tiempo.
Por el otro, la generación millennial, otro de targets más importantes para el sector de la belleza, reivindica valores como la naturalidad y la autenticidad.
Resulta revelador, por ejemplo, que una publicación estadounidense especializada en belleza como Allure, dirigida a un público de menos de 40 años, prohibiera ya el uso del término ‘antiaging’ en sus artículos.
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La redensificación tiene la clave
Pero, ¿cómo se refleja esta filosofía del well-aging a la hora de cuidar y tratar nuestra imagen con tratamientos cosméticos y, sobre todo, de medicina y dermatología estética?
Para conseguir acercarnos a ese objetivo que permite llevar la edad –sea cual sea- con naturalidad y elegancia, cada vez más médicos estéticos, como la doctora María José Rubira, confían en la redensificación.
“Se trata de un tratamiento para corregir y prevenir el envejecimiento, ya que al activar las funciones celulares, mejora la elasticidad, textura, densidad y luminosidad de la piel”, explica.
Este método consiste en introducir en la cara, con micro inyecciones o infiltraciones, un complejo dermo-reestructurante compuesto por 14 nutrientes combinado con ácido hialurónico de alto peso molecular no reticulado.
Su mejor baza es que este tratamiento hidrata, repone y repara la piel de adentro hacia afuera, trabajando a un nivel que no puede ser alcanzado por cremas o serums faciales, independientemente de lo diligentes que seamos con nuestros regímenes de cuidado de la piel.
Pero, ¿cómo funciona realmente?
Para entender cómo funciona la redensificación, es útil comprender cómo funciona la piel.
El colágeno y el ácido hialurónico son vitales para mantener la salud de la piel, y cuando somos jóvenes, grandes cantidades de ambos mantienen la piel sana y con un aspecto joven.
Después de los 20 años, la capacidad de nuestro cuerpo para producir colágeno y ácido hialurónico disminuye con la edad, dando lugar gradualmente a líneas finas, arrugas, pérdida de elasticidad, tono y volumen.
El colágeno proporciona a la piel su estructura y firmeza, pero es el ácido hialurónico el que nutre e hidrata el colágeno.
El tratamiento de redensificación restaura el ácido hialurónico en la piel para proporcionarle una hidratación continua actuando como una esponja, aglutinando y absorbiendo hasta 1000 veces su peso en agua.
Esto aumenta la hidratación, añade volumen y densidad a la piel y estimula la producción de colágeno.
El ácido hialurónico más natural
Como ya hemos visto, el ácido hialurónico es un componente natural que nuestro cuerpo produce naturalmente. Su composición única funciona atrayendo a las moléculas de agua para retener la humedad en la piel y los tejidos.
Junto con el colágeno y la elastina, el ácido hialurónico crea el sustrato que sostiene, hidrata, lubrica y le las propiedades estructurales al tejido.
Cuando se inyecta en la dermis consigue estimular la actividad celular, mejorando así la regeneración y la hidratación de la piel.
El ácido hialurónico tiene múltiples mecanismos de acción:
- Estimulación del crecimiento celular
- Redensificación dérmica activa
- Protección contra la radiación UVA y UVB
- Regeneración de la viscosidad
- Activación de la formación de nuevos vasos sanguíneos
- Hidratación activa (multiplicando el volumen de agua hasta 30 veces)
- Reparación biológica progresiva de las depresiones cutáneas (tratamiento de las arrugas)
Pero el hecho de que tras el tratamiento la piel del rostro se vea saludable, luminosa y lejos de cualquier exceso tiene mucho que ver con el tipo de ácido hialurónico usado en la redensificación.
Este es prácticamente igual al que genera nuestro organismo y de alto peso molecular, no reticulado, que aporta hidratación e ilumina la piel sin dejar volumen ni relleno a las zonas tratadas.
Lo que puedes esperar de la redensificación
La pérdida de hidratación y luminosidad hace que nuestra tez se vea seca, arrugada, sin brillo y cansada. Empiezan a aparecer zonas oscuras y la textura de la piel se vuelve desigual. Pero estos son solo algunos problemas que trata la redensificación.
Los resultados de la redensificación, perfecta para pieles jóvenes como prevención o para maduras como tratamiento, se estructuran en tres ejes:
- Una acción reestructurante y de regeneración celular (al combatir el engrosamiento de la piel se consigue un efecto lifting).
- Un efecto antioxidante que lucha contra el fotoenvejecimiento cutáneo.
- Y un resultado totalmente natural.
Y todos estos beneficios están demostrados por la investigación.
Según un estudio publicado en Journal of Cosmetic Dermatology que pretendía evaluar la eficacia de la redensificación dérmica en la cara y el cuello, las mejoras en la piel son ampliamente visibles.
En el estudio participaron 36 pacientes (entre 42 y 67 años), y se les trató con cuatro sesiones de redensificación dérmica, que consistieron en 1 ml de ácido hialurónico (15 mg/mL) más un complejo dermoestructurante cada 14 días.
Las mejoras de la piel fueron analizadas a las 8 semanas, y todos los pacientes reportaron una mejora significativa y altamente satisfactoria en relación a la luminosidad, la elasticidad, la textura y la suavidad.
Las arrugas finas y moderadas/profundas tuvieron una mejora de más del 25% y del 50%, respectivamente, con una disminución media estadísticamente significativa, tanto en el ancho (1,53 mm) como en la profundidad (0,46 mm).
Puedes esperar una piel más nutrida e hidratada desde el interior, con una textura y tono mejorados, más rellena y redensificada, lo que se traduce en un nuevo resplandor y brillo natural visible.
¿Cuándo se pueden empezar a ver los beneficios? Los resultados son evidentes varios días después del tratamiento, y son acumulativos con cada sesión, así que podrás experimentarlos muy pronto.
“El objetivo sigue siendo la belleza y la salud, pero el matiz es que con este tipo de tratamientos nos centramos más en la prevención; en crear y potenciar la belleza de cada persona rechazando cualquier artificialidad”, afirma la doctora Rubira, que forma parte del equipo de COC Medicina Estética (Murcia).
La redensificación permite, por tanto, acercarse a ese ideal del well-aging que respeta la armonía entre el aspecto y la edad sin renunciar a potenciar la belleza individual de la forma más natural posible.
¿Qué es lo que piensas?